2020, un año diferente

Abandoné el blog y hace aproximadamente seis meses que no escribía. He estado bastante ocupado, pero aquí estamos ahora.

Escribo este post a modo de remembranza, de tal manera que en el futuro sepa por lo que atravesé en este año a los 33 años.

Al igual que casi todo el mundo (esta vez lo digo de forma literal), el 2020 es uno de los más difíciles que me ha tocado vivir; fue yo lo vi más como una oportunidad de cambio, superación y empatía.

La mudanza

Desde el inicio del año sabía que sería diferente. En diciembre de 2019 me mudé de mi hogar y ahora me encuentro en un lugar más céntrico y muy cercano a mi trabajo, los primeros meses fueron de remodelación y adaptación.

A pesar de que el Coronavirus surgió desde noviembre en México era algo desconocido.

La casa donde vivimos ahora es amplia y mis perros tienen espacio para jugar, algo que siempre me disgustaba de la casa anterior y que ahora me alegra puedan disfrutar.

El cumpleaños

En marzo, Dios me dio la oportunidad de festejar mi cumpleaños, de hecho tuve dos festejos, uno que me organizó mi esposa y otro que fue sorpresa por mis compañeros del trabajo.

Por el día a día damos por hecho muchas cosas, que cuando no las tienes, logras comprender su verdadero significado o valor. Definitivamente los cumpleaños en el futuro, no serán como lo eran antes del COVID.

El trabajo

Entonces llegó el el 24 de marzo, ese día iniciamos en la modalidad «home-office» y enviamos a sus casas a la gran mayoría de los empleados de la empresa. Debo reconocer que fue un cambió que me tomó mucho por sorpresa y me sentí muy desanimado los días posteriores, el no poder convivir con ellos es algo que extrañe mucho.

Para el día 30 de marzo, se declaraba emergencia nacional por el COVID-19.

Los meses que prosiguieron fueron muy complicados, muchos proyectos de desarrollo de software fueron cancelados, muchos de nuestros clientes cerraron sus empresas y algunos de ellos quebraron, el gobierno no apoyó a los empresarios y algunos empleados aprovecharon para trabajar en sus proyectos personales y olvidar los de la empresa. Sin embargo, como siempre hemos encontrado la manera de adaptarnos, generamos unidades de negocio independientes y surgieron nuevos servicios, no podemos detenernos y hemos salido adelante. Por obvias razones este año no tuvimos la celebración de aniversario en la empresa, tampoco tendremos posada.

Las vacaciones

Debido al COVID, este año no tuve vacaciones y por consiguiente no viajé a ningún lado. Los que con cercanos a mi y me conocen saben que una de mis pasiones es viajar, amo ese sentimiento de no poder dormir la noche anterior a un vuelo, la adrenalina de pasar los puntos de seguridad, el llegar a un lugar desconocido conocer sus costumbres, comida y folklor.

Debo confesar que este año ha sido de trabajo duro y hay ocasiones en que me siento agotado y me gustaría estar en una playa de México disfrutando el mar con una cerveza artesanal en mano.

No me mal entiendan, amo mis trabajos y es una bendición tenerlos, muchas personas la están pasando difícil, pero si espero tener un descanso pronto y si no puedo viajar, cuando menos para quedarme en casa a recargar baterías.

Secuelas

A mi papá le dio Coronavirus, estuvo internado en el hospital y varias veces estuvo a punto de tirar la toalla, sobrevivió al coronavirus pero a un precio muy alto, pues le dejó fibrosis pulmonar que es un padecimiento el cual no tiene cura.

Su vida depende de un tanque de oxígeno conectado las 24 hrs, no puede levantarse de cama por sus propios medios y cualquier actividad lo debilita, incluso comer.

Su caso como el de muchos, me recuerda y reitera que la vida cambia en un instante y cuando no tomas previsiones, el camino puede ser muy tortuoso.

Agradezco a Dios por poner en mi camino a mi colega Adolfo, pues desde mucho antes de la emergencia sanitaria me hizo reflexionar sobre tener un seguro de gastos médicos mayores para mi esposa y para mi, que si bien no me garantiza ganar una batalla médica, lo peor sería no tener nada. Afortunadamente no he tenido necesidad de tener que utilizarlo y espero nunca tener que hacerlo.

La superación

La mentalidad es el límite, es una frase de Arnold Schwarzenegger y aunque todos lo ubican por las películas que ha realizado, el fue un ícono del Mister Olympia, básicamente su frase se resume en si piensas que puedes o no hacer algo, estás en lo cierto.

Lo cierto es que este año trabajé como ningún otro hasta ahora, gracias a ello tengo pleno conocimiento de mis límites y reafirmo lo valioso que es el tiempo así como lo importante de decidir correctamente con quién y como gastarlo.

Por el Covid hicimos muchos cambios en la empresa, desde la manera de ahorrar costos en infraestructura, hasta la diversificación de servicios, renovamos no solo nuestra imagen sino también nuestra visión a futuro.

Parte de esa visión mi llevó a obtener una certificación de Amazon Web Services (AWS). Esta certificación me demandó varias semanas de estudio, práctica, pero sobre todo compromiso.

El 15 de octubre realicé el examen de certificación y lo aprobé.

El 20 de agosto el Ing. Manuel Estrada me habló sobre una oportunidad para dar clases en la UAC. El Ing. Manuel me dio clases cuando yo estudiaba la universidad, admiro su humildad y paciencia para enseñar, es experto en JAVA y con una experiencia muy basta, durante clases nos contaba casos que tenían que ver con los sistemas para una aerolínea a la cual le desarrollaban sistemas. Es de los profesores que te explican paso a paso hasta que entiendas.

Muchos de los profesores que me dieron clases en la Universidad además el Ing. Manuel como el Ing. Carlos Durán, Orlando Alonzo, Julio Vilchis, Jonathan Helí, el Lic Hector Loría, Hernan Aranda, Javier Villanueva les tengo un gran aprecio y de no ser por ellos no estaría aquí hoy. Otro de esos profesores fue el Lic. Josué Poot, desgraciadamente el perdió la batalla, pero el recuerdo de su carisma siempre se quedará.

Siempre había tenido la espinita de poder compartir mis conocimientos a las nuevas generaciones, era como una meta la cual hacer antes de morir y este año se me dio la oportunidad así que empecé a dar clases en la UAC.

Fue difícil pues tengo muchas responsabilidades en las empresas, sin embargo, otorgue clases en tres materias: bases de datos II, Seguridad informática y Temas selectos de Redes.

Gestioné una cuenta de AWS Educate con lo cual pude otorgar de créditos y cuentas a los alumnos en donde abordamos temas y prácticas como la base de datos DynamoDB, creamos un esquema de alta disponibilidad en Amazon con un sistema automático de aprovisionamiento y balanceo de carga, hackeamos un servidor que es de mi propiedad y les enseñé como protegerse, transferí todo el conocimiento que pude en el tiempo que duró el curso.

Las clases fueron en línea, algo que fue bueno para mi ya que dar clases en la facultad de Ingeniería es algo muy complicado por los horarios y la distancia.

Lo hice de la mejor manera posible por lo que subí los videos a Vimeo, así tendrían los videos en alta calidad, también preparé entornos para que las prácticas fueran lo más cercando a la realidad y convertí la oficina de la casa en un estudio de grabación casi casi.

Lamentablemente esta modalidad implica que los alumnos se puedan copiar, algo que no puedo evitar, por lo que las calificaciones de los exámenes «resultan» más altos de lo que percibo que en realidad deberían de ser.

Obviamente no hubiera logrado nada de esto sin el apoyo de mi esposa, la realidad es que todo el día me encontraba ocupado y pasábamos muy poco tiempo juntos al día, pero siempre estuvo conmigo dándome ánimos.

Lo que viene

Estoy seguro que será una navidad diferente, me quedo con lo bueno que me ha traído este año y espero, claro si Dios me lo permite, que este 2021 pueda vencer todos los retos que tenga frente a mi.

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