Historia de Campeche – El clásico temprano (250-600 D. C.)

En esta primera fase del periodo Clásico encontramos en Campeche dos fenómenos distintos: por un lado, grupos que han logrado desarrollar rasgos de individualidad; y otros aún en un proceso de diferenciación no muy marcada. Nos estamos refiriendo a poblaciones que desarrollaron el urbanismo a la par de comunidades menos complejas, que cayeron bajo el poder político y económico de las primeras.

El estilo Petén.

Desde los primeros siglos de nuestra era, los mayas de las tierras bajas desarrollaron un estilo arquitectónico muy definido.

Ello refleja una elevada complejidad social que permitió la individualización de esos grupos. Este hecho, que incluye toda la cultura, se manifiesta muy claramente en los edificios, que presentan como característica principal los grandes basamentos piramidales escalonados con las esquinas remetidas; escalinatas frontales de anchos peldaños, por medio de los cuales se asciende a un templo en la parte superior, que consta de un solo cuarto con un espacio interior muy pequeño debido al espesor de los muros.

El templo generalmente se encuentra coronado por un alto muro, asentado sobre la pared posterior del edificio. Este adorno, llamado crestería, se levanta verticalmente y está decorado con figuras zoomorfas y antropomorfas realizadas en estuco policromo. Los sitios que presentan este estilo suelen contar con edificios dispuestos en plazas bien definidas, existiendo un plan regulador general del sitio, un aglutinamiento ordenado de las estructuras con arquitectura monumental.

Otro rasgo interesante de estos asentamientos es la abundancia de las inscripciones jeroglíficas sobre bloques monolíticos denominados estelas.

El sitio más conocido de esta tradición es Tikal, en Guatemala, donde desde mediados del siglo XX han laborado numerosos investigadores del pasado. Por lo que toca a Campeche, la arquitectura Petén se encuentra en gran cantidad de ciudades como Calakmul, Nadzca’an, Balamkú, Becán, El Tigre, El Palmar, Edzná y Acanmul.

becanLos grupos humanos que se asentaron en Becán iniciaron hacia el siglo III la construcción de un sistema defensivo alrededor de la parte central del sitio. Hoy vemos un foso de casi 2 km de largo, que en su época funcional alcanzó una profundidad de 5.5 m, con un ancho promedio de 16 m. Se calcula que fue necesario desalojar un total de 11 7,607 m3 de material, parte del cual se colocó en el borde inferior del foso, formando con él un terraplén cuya altura original debió ser de unos 5 m. El acceso al centro cívico se realizaba a través de siete calzadas que, a manera de puentes, salvaban el foso.

La profundidad total existente desde el fondo del foso hasta la parte superior del terraplén sería de unos 15 m, en promedio, además de que es posible que un cercado de troncos se hubiera colocado encima de este último, aumentando la dificultad de cualquier eventual ataque enemigo. La construcción de este complejo defensivo requirió del trabajo de unos mil hombres durante 350 días.

En el interior del recinto vivían los personajes más importantes, como jefes y sacerdotes, mientras que en el exterior habitaban los campesinos y los artesanos. La existencia del sistema defensivo de Becán tiene importantes implicaciones sociales y políticas, tanto en un nivel interno como en cuanto a la relación que este sitio tuvo con sus vecinos.

La posibilidad de controlar durante un periodo más o menos largo a un grupo mayor de gente, organizándolo para la construcción de una obra pública de esa magnitud, nos habla de divisiones sociales marcadas, en las cuales existían, por un lado, pequeños grupos dirigentes con una gran capacidad de organización, y que tuvieron a su disposición formas efectivas de control social.

También podemos inferir una densidad demográfica considerable, ya que era posible disponer de mano de obra suficiente para los trabajos defensivos.

¿De quién se querían defender los mayas de Becán?

MILITARESEn primer lugar podemos plantear la existencia de un territorio, es decir, de un área de control sobre la que el sitio tenía influencia directa. Esta área controlada debió ser de considerable extensión, a juzgar por el tamaño de las defensas, conformando una entidad política importante.

Es probable que existiera un estado de beligerancia en el que estuvieron implicados diversos grupos de los que había que defenderse. En este sentido, hay que pensar en la existencia, al sur, de una gran entidad política, quizá encabezada por Calakmul, con la cual pudo establecerse una competencia. De manera similar, la presencia de Nadzca’an, a unos 40 Km al poniente de Becán, no debió serle cómoda.

En esta lucha estaría de por medio el control de tierras de cultivo, indispensables en el contexto de gran crecimiento de Becán, en esta época. Recuérdese que muy cerca crecían también otros importantes sitios como Payán, Okolhuitz, Río Bec, Puerto Rico y Manos Rojas.

Otra posibilidad es que la construcción del complejo defensivo estuviera relacionada con la llegada a la zona maya, quizá hacia el año 400 o poco antes, de la influencia del estado más poderoso de Mesoamérica en ese tiempo: Teotihuacán.

En efecto, la presencia de elementos teotihuacanoides se ha detectado de una manera muy clara en sitios como Kaminaljuyú, en las tierras altas de Guatemala y en Tikal, en el corazón del Petén. La influencia en estos sitios se nota de manera directa y definitiva, tanto en la arquitectura como en la cerámica y en diversos elementos culturales.

Aunque básicamente esta presencia se diera a través de rutas comerciales, no se descartan presiones políticas de su parte en el área. Puede ser que, entonces, los mayas de Becán hayan necesitado defenderse de presiones llegadas desde el sur, con el trasfondo del elemento teotihuacano.

La cerámica correspondiente al Clásico Temprano, en Becán, se agrupa en dos complejos llamados Chacsik y Sabucán. En el primero se nota una relación con el norte de la península, mientras que el segundo deja ver una creciente «petenización», es decir, un acercamiento al sur. Esto puede reflejar una fuerte dinámica social existente durante el Clásico Temprano, un proceso de constante reajuste político de los grupos en su proceso de individualización.

Edzná. Después del explosivo desarrollo experimentado por este sitio durante el Preclásico Tardío, el Clásico Temprano se nos presenta como un periodo mucho más estable, en el cual el crecimiento fue más lento, aunque sostenido. Los materiales cerámicos nos indican una posible disminución demográfica, con una concentración hacia
las partes marginales del sitio

Gran parte de los esfuerzos realizados por la comunidad seguramente estuvieron canalizados a proseguir la construcción del sistema hidráulico que, en su momento de máximo funcionamiento, comprendió una intrincada red de canales y depósitos de agua interconectados con una cobertura de 330 km2, y un volumen de más de un millón y medio de metros cúbicos de agua.

Este complejo sistema cumplió un doble objetivo: permitió desalojar grandes volúmenes de agua, permitiendo cultivar extensiones de terreno que de otra manera hubieran quedado inundadas la mayor parte del año, además de que almacenó el líquido para aprovecharlo en época de sequía.

Los canales se diseñaron en forma radial y tuvieron como centro la parte monumental del sitio, aprovechando el desnivel natural de esa parte del valle, ya que el área monumental se encuentra en un nivel superior, facilitando el escurrimiento hacia el sur.

Desde el punto de vista económico podemos decir que el sitio continuó participando en un sistema de intercambio con el sur de Campeche e incluso con el Petén. Durante esta época, la cerámica indica una relación estilística muy estrecha con el sur, dentro de la esfera cerámica Tzakol.

Los estudios líticos indican que la fuente de abastecimiento de la obsidiana era El Chayal, en Guatemala, aunque algunas muestras llegaron desde Pachuca, Hidalgo. Edificios públicos, como templos o palacios, correspondientes a esta época, son la subestructura del edificio de los Cinco Pisos, la primera etapa del Templo del Norte, la conformación de la Gran Acrópolis y de la Pequeña Acrópolis, el Templo de los Mascarones, el Templo del Sur, el origen de la Estructura 501 y buena parte del conjunto arquitectónico de La Vieja Hechicera.

El sistema hidráulico, comenzado a construir hacia el Preclásico Tardío, se continuó en el Clásico Temprano y presenta un diseño cuyo centro es la parte monumental del sitio. De alguna manera este sector se consideraba como parte fundamental del esquema de organización interna, por lo que su asociación a los edificios monumentales fue evidente conforme fueron excavándose los inmuebles arriba listados, entre 1986 y 1997.

6852562013_89c3ba468d_zDzibilnocac. A diferencia de otros sitios arqueológicos de Campeche, donde los materiales arqueológicos de los siglos III al VII muestran un crecimiento sostenido, en la zona de Dzibilnocac aparentemente hubo una presencia mínima durante ese tiempo; no se ha localizado una actividad arquitectónica correspondiente. La cerámica de esta época parece ser muy escasa.

Esto, desde luego, no significa que la región haya estado deshabitada, sino más bien que no se dieron las condiciones para el desarrollo de un centro cívico, es decir, no había surgido un grupo social capaz de controlar un número grande de personas.

Sin embargo, en otros sitios cercanos, grandes como Itzimté o Santa Rosa Ixtampak, se manifiesta de una manera más clara esta etapa.En este periodo hubo diversas comunidades en la región; asimismo, se estaban desarrollando entidades sociopolíticas organizadas aunque, de acuerdo con los datos con que contamos hasta la fecha, el proceso de desarrollo no era tan dinámico como más al sur.

Existe la idea, entre algunos investigadores, de que pudo haber un abandono temporal del sitio debido a algún fenómeno natural, quizá una sequía, las cuales aparecen periódicamente aún ahora en la región. Ello habría obligado al traslado de la gente hacia otro lugar. Otra posibilidad es que algún fenómeno cultural, como el ocurrido en Becán, haya interrumpido la actividad arquitectónica y ésta disminuyera.

terminosLa costa. Para el Clásico Temprano había múltiples asentamientos sobre la costa, la mayoría correspondientes a pescadores y recolectores de moluscos. Una excepción a esto son los sitios como Aguacatal,
en la Laguna de Términos, y jaina, en la costa norte.

Respecto al primero, sabemos que experimentó un cierto desarrollo, visible en la arquitectura relacionada con la región Honduras-Petén, y que fabricaron una cerámica local muy definida.

Hacia el norte, la Isla de Jaina comenzó a tener importancia cuando se iniciaron los enterramientos que la caracterizan. Aunque los estudios hechos hasta ahora se refieren a los aspectos funerarios (entierros y ofrendas), se tienen datos de estructuras ceremoniales importantes, y hoy sabemos que la población mínima ha sido calculada en unos 3,000 habitantes.

Se ha definido para este periodo una relación entre los sitios costeros, lo que pudo significar la existencia de una ruta comercial que paulatinamente cubrió todo el contorno peninsular. El panorama general del Clásico Temprano, en Campeche,
indicó una disminución de actividad en los sitios. Esta reducción se hizo patente al norte, mientras que al sur pareció ser menos impactante. Ahí se encontraron comunidades altamente individualizadas, que desarrollaron un estilo arquitectónico propio, basado en una tradición cuyo centro se encuentra en el Petén guatemalteco.

A medida que avanzamos hacia el norte, alejándonos de esta región de gran desarrollo, los grupos, aunque integrados en una red de relaciones comerciales, aparecieron aún en formación e, inclusive, experimentaron fenómenos de disminución demográfica no explicados hasta el momento, pero que tienen un carácter regional.

Organización social. La sociedad maya del periodo Clásico Temprano estuvo dividida, teniendo como base a grupos descendientes de un antecesor común, llamados linajes. Estos grupos de parentesco vivían cercanos entre sí y realizaron múltiples trabajos por cooperación.

Cuando varios linajes creían tener un antepasado común, generalmente mítico, se integraban formando un clan. No todos los linajes eran iguales, pues habían algunos que decían ser parientes más cercanos del antepasado mítico, los cuales dominaban a los demás y controlaban la comunidad a partir de los puestos principales, como el de jefe político, sacerdote, comerciante o cabeza del ejército. El resto de los linajes se encontraba en posiciones medias inferiores y desempeñaban
actividades como los oficios, la obtención de alimentos, la prestación de servicios, y eran quienes aportaban la mano de obra en las construcciones públicas como templos, palacios, sistemas de control hidráulico, etc.

Durante mucho tiempo se pensó que los mayas del Clásico Temprano eran totalmente pacíficos y dedicados únicamente a adorar a los dioses, que sus disputas eran solucionadas por convencimiento. Pero ahora sabemos que, como casi cualquier sociedad, gran parte del control social interno y de las relaciones con otras entidades políticas eran realizadas sobre la base de la fuerza militar.

Los linajes principales vivían en los edificios más lujosos, muy cerca de los templos y palacios, en la parte central del sitio, mientras que los menos importantes habitaban alrededor de este centro cívico en modestas chozas construidas sobre bajas plataformas de tierra y piedra.

A medida que disminuía la importancia del linaje dentro de la comunidad, su posición respecto a templos y palacios era más alejada, y los materiales de construcción de sus casas disminuían en calidad.

Actividades productivas. Aunque el crecimiento de la población no se detuvo durante los primeros siglos de nuestra era, en el Clásico Temprano aparentemente existían suficientes tierras de cultivo como para sostener este crecimiento demográfico, por lo que la agricultura fue extensiva, es decir, la conocida como «de roza» (que consiste en desmontar una superficie de selva y luego quemarla para poder sembrar en ella).

La producción de esta milpa era buena el primero y el segundo año, pero las intensas lluvias y el monocultivo disminuían rápidamente su fertilidad. A los tres años era necesario trasladarse a otro terreno para volver a desmontar. Esta agricultura requería gran cantidad de tierra para cultivo, además de que propiciaba la dispersión de la gente.

La agricultura como actividad productiva básica se complementó, de acuerdo a las condiciones concretas de cada grupo, con la caza y/o la pesca y la recolección de moluscos.

Las peculiares condiciones del suelo calizo que prevalecen en la península y que determinan la ausencia casi total de corrientes superficiales propicia la necesidad de desarrollar sistemas de almacenamiento de agua, además de racionalizar su uso de una manera extrema.

En general, podemos decir que los grupos mayas resolvieron este problema construyendo gran cantidad de depósitos subterráneos llamados «chultunes», los cuales recogían y almacenaban el agua de lluvia.

También aprovecharon las aguadas, que son depresiones impermeables naturales que acumulan el agua de lluvia y que muchas veces además fueron provistas de canales, bordes, escaleras, etc. En el norte de la península, los cenotes fueron fundamentales para determinar los lugares en que se concentraban los grupos humanos.

Todas estas fuentes de abastecimiento de agua debieron de ser controladas de una manera estricta por los grupos gobernantes, y se distribuyó el vital líquido para actividades consideradas de importancia: consumo humano (alimentos, bebida), construcción de edificios, mantenimiento, riego de huertas domésticas, etc.

El Estado maya. Un fenómeno muy importante durante el Clásico Temprano fue la aparición de la influencia de Teotihuacán en Mesoamérica. En Campeche, esta influencia está muy diluida, y un ejemplo es Becán, donde encontramos obsidiana procedente de Pachuca y una ofrenda de un vaso teotihuacanoide con varias figurillas antropomorfas con rasgos del centro de México. Más al norte, la influencia teotihuacana no se presentó.

Por otra parte, en el sur del Petén campechano las exploraciones de los noventa, en Calakmul, han registrado varias vasijas teotihuacanoides, en contextos funerarios.

No sabemos si esta presencia en el área maya se redujo a intercambios comerciales o si hubo alguna intención de dominación política, pero es cierto que causó un impacto definitivo dentro de la sociedad maya en general. Según varios investigadores, la introducción de un sistema político estatal entre los mayas se realizó a través de Teotihuacán.

teotihuacanEl Estado teotihuacano se considera «primario», es decir, en las condiciones semiáridas del altiplano central la comunidad debió desarrollarlo como una respuesta adaptativa para sobrevivir.

Las tierras tropicales, en cambio, no presentan las condiciones, según algunas hipótesis, para dar lugar al surgimiento «espontáneo» de un Estado. Tal parece que las fuertes lluvias, la temperatura alta y la abundancia de alimentos silvestres como frutos y raíces, retardaron su aparición y los grupos se mantuvieron integrados socialmente a partir del parentesco. Por ello, para algunos, la transformación que sufrió la sociedad maya, que culminó hacia el año 600 d. C., es atribuida a la influencia teotihuacana.

Desde luego que estas transformaciones sociales nunca tienen una sola causa. La sociedad es una estructura muy compleja que recibe influencias múltiples y es poseedora de una gran dinámica interna.

Tampoco debemos caer en un determinismo ambiental. Aunque no podemos demeritar la importancia que haya tenido Teotihuacán como portador de nuevas ideas, debemos considerar que la evolución interna de los linajes mayas tendía hacia su separación,además de que el crecimiento en tamaño y complejidad de las entidades sociopolíticas llevaban el camino de las clases sociales. Seguramente aún sin la presencia teotihuacana, los mayas del Clásico Tardío habrían llegado a estructurarse como un Estado.

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