El método en criptografía de cifrado por transposición es una de las técnicas más básicas que existen.
Consiste en intercambiar la posición de las letras de una palabra o frase siguiendo siempre un esquema bien definido, que puede ser sencillo o muy complejo.
Un ejemplo del cifrado por transposición es tan fácil de ejecutar como escribir algo al revés: “Bienvenido a mi BLOG” pasaría a ser “odinevneib a GOLB”. Pero dependiendo de las reglas que apliquemos, se pueden conseguir resultados mucho más intrincados. Siguiendo con el mismo ejemplo:
4d3n2vn23b1g4lb (eliminando los espacios e intercambiando las vocales por números según su orden (donde “a=1″, «e=2», «i=3», «o=4″,»u=5»)
da4ir21ge19yu1od9ne22ne9b.
Después podrías por ejemplo comenzando por el final e intercambiar cada tres letras por su valor en el alfabeto inglés)
Esto puede llegar a ser una locura de hecho toda la locura que queramos, ahí radica la grandeza del cifrado por transposición ya que en este crifrado tú marcas las reglas, que solo tú conoces.
Pero, ¿para qué es necesaria esta historia cuando casi todos los navegadores web modernos guardan e incluso sincronizan las contraseñas entre diferentes dispositivos? Evidentemente, estas técnicas no van dirigidas a todo el mundo (aunque pueden ser útiles en según qué situaciones). Pero no está de más conocerlas, ¿verdad?